El marido más firme
Lope de Vega
Sinopse
Obra dramática de Lope de Vega inspirada en la fábula de Orfeo, pero adaptada al sistema social del siglo XVII.
Obra dramática de Lope de Vega inspirada en la fábula de Orfeo, pero adaptada al sistema social del siglo XVII.
Dos de las tragedias más importantes de Shakespeare traducidas por Vicente Molina Foix. Reunimos en un estuche especial las tragediasdel escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal. La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca: Joven heredero con veleidades intelectuales y algo señorito, el príncipe Hamlet se enfrenta al peor de los fantasmas, el de la sucesión. Con la muerte de un padre a quien no le han unido lazos de afecto ni confianza mutua y perdido el confiado amor a su madre, Hamlet recibe una carga irrenunciable: la usurpada corona de Dinamarca. La tragedia del rey Lear:El rey Lear cree que su muerte está cercana. Para aliviar su vejez y evitar futuras disputas, divide el reino entre sus hijas mayores, Goneril y Regan, y destierra a la menor, Cordelia. Desposeído de su poder, Lear es repudiado por las dos hijas elegidas y sufrirá un desvarío, físico primero, mental después. La guerra y la muerte de los miembros de la familia son un horizonte ineludible.Ver livro
La señorita Pettigrew, hija de un párroco, lleva toda la vida de casa en casa, ejerciendo de institutriz de niños «espantosos». A sus cuarenta años, «tímida y derrotada», no tiene un penique ni un vestido decente, está en paro y a punto de ser desahuciada. Una agencia de empleo le da la que podría ser su última oportunidad, pero cuando se presenta en el lujoso piso de la señora que la contrata, se encuentra, no con una madre de familia, sino con una joven belleza, rubia platino, envuelta en un salto de cama espectacular. Y lo primero que le pide, apuradísima, es que la ayude a deshacerse de un amante porque espera la inminente llegada de otro. Empieza así un largo día en el que, hora tras hora, la institutriz no gana para sobresaltos: su nueva patrona, la señorita Delysia LaFosse, no parece tener hijos, es cantante de un club nocturno, no solo tiene dos amantes sino tres y la introduce en un mundo inédito de fiestas, glamour y aventuras. Para su propia sorpresa, esta «solterona madura con ideales románticos» se ve abjurando de sus principios mojigatos y abrazando con entusiasmo una vida sin «moralidad», escandalosa y hasta violenta, donde paradójicamente se la trata bien por primera vez. Con una sabiduría aprendida en el cine y las novelas populares, llega incluso a resolver entuertos de lo más peliagudos. El gran día de la señorita Pettigrew (1938) de Winifred Watson es un clásico de la comedia británica, un cuento de hadas de otros tiempos donde la heroína es a la vez Cenicienta y el hada madrina.Ver livro
Filobiblon es uno de los principales textos medievales sobre el cuidado de los libros y la correcta administración de una biblioteca. Ricardo de Bury recomienda dónde encontrar los libros, cómo guardarlos y conservarlos, se queja del maltrato que les provocan los clérigos y estudiantes, incide en la adecuación de los enseres de las bibliotecas, redacta normas para su préstamo... Este tratado sobre el amor por los libros está considerado como el primer manual para bibliotecarios de la historia.Ver livro
Una noche, en un cruce de caminos en las afueras de Londres, un joven y modesto profesor de dibujo tiene un encuentro con «una mujer sola, vestida de blanco», de «rostro exangüe», que le pide ayuda para encontrar un ca-briolé. Apenas dos minutos después, un carruaje con dos hombres se detie-ne para preguntar por una «mujer de blanco» que acaba de escaparse de un manicomio. Este es el inicio de una trama endiablada en la que el pobre profesor tendrá que lidiar con una conspiración inimaginable, «en una lucha sin es-peranza contra nobles y poderosos» cuyas víctimas son dos mujeres aterro-rizadas, empequeñecidas, privadas de legitimidad. Entre un repertorio de personajes muy collinsiano –baronets corruptos, terratenientes hipocondria-cos, beatas anglicanas, italianos pintorescos, madres sin piedad– destacan dos figuras inolvidables: la intrépida Marian Holcombe, «una mujer entre diez mil en estos tiempos triviales», y el conde Fosco, que, con su poderosa voz de bajo, su cacatúa y sus ratones, se convertiría enseguida en un mal-vado fundamental de la literatura del XIX. La mujer de blanco (1859-1860) –que aquí presentamos en una nueva traducción de Miguel Temprano Gar-cía– fue el mayor éxito de Wilkie Collins, hasta tal punto que no tardaron en aparecer perfumes, capas, sombreros y hasta valses y cuadrillas con su título. Brillante y novedosa en su estructura, que confía el relato a varios narradores, como testigos en un juicio, en ella el mismo acto de narrar está dramatizado y forma parte de la acción: a veces se reviste de peligro, a ve-ces es un instrumento de salvación, siempre un medio para establecer la verdad.Ver livro
Ferdinand vive con su mujer en una Suiza llena de paisajes hermosos. Él es pintor y está dedicado a penetrar en los secretos de la belleza que hay en lo natural. Sin embargo, al recibir una carta de reclutamiento para pelear en la Primera Guerra Mundial, descubre que él no es solo él, sino todos los hombres unidos o una sociedad en marcha. Ferdinand tiene el deber de pelear por su país, de liberar Europa, pero se debe también al arte, a la profundidad de la existencia, al amor y su familia. ¿Hay una obligación más fuerte que la otra? Publicada en 1920, esta novela corta de Stefan Zweig, uno de los autores europeos más importantes del siglo XX, toca conflictos presentes en la vida del autor, cruzada por ambas Guerras Mundiales. Si bien para la Primera fue abiertamente pacifista, para la Segunda fue acusado de no atreverse a escribir sobre la guerra y el nazismo, dilema que aquí, años antes, ya enfrentaba.Ver livro
Bartley Alexander anda ya por la mediana edad y es un ingeniero de éxito, un hombre hecho a sí mismo, admirado por los puentes que construye. Casado con una mujer culta y rica, vive en una bonita casa en Boston y parece también tener una feliz vida conyugal. Pero en un viaje a Londres vuelve a encontrarse con un antiguo amor, Hilda Burgoyne, a la que conoció en París cuando era estudiante –entonces «fue la juventud, la pobreza y la cercanía, todo era joven y amable»− y que ahora es una actriz famosa. El reencuentro reaviva «la energía de la juventud que debe reparar en sí misma y pronunciar su nombre antes de desaparecer». A los dos las cosas les han ido bien; sin embargo, quizá no hayan agotado sus posibilidades. El puente de Alexander (1912) recrea la intensa sensación, cuando a uno le amenaza ya «la desganada fatiga», de verse acompañado por «su propio ser juvenil», que posiblemente acabe siendo «el más peligroso de los acompañantes». Willa Cather no guardaba –como se ve en dos textos que figuran como apéndice a este volumen− muy buen recuerdo de esta su primera novela: le parecía demasiado deudora de los autores que admiraba, Edith Wharton y Henry James. Pero lo cierto es que hay en ella, en su estudio de una doble vida, toda la excitación y la fatalidad y todo el talento para la introspección que caracterizarán su obra posterior.Ver livro