Poesía completa
Rodolfo Fogwill
Toda la poesía de Fogwill reunida por primera vez en un volumen, con prólogo de Arturo Carrera y un libro inédito, Gente muy fea. Fogwill fue uno de los escritores más irreverentes de la literatura argentina de los últimos cuarenta años. Con una enorme ductilidad para navegar en una multiplicidad de géneros sin perder nada en el camino, su prosa densa y diáfana se las arregló siempre para inmiscuirse no solo en la vida cotidiana y política, sino también en cada uno de los intersticios donde el poder acecha. Si sus cuentos y novelas diseccionaron el imaginario de la clase media argentina, su poesía nos ofrece un espacio de mayor serenidad e introspección, que lo acompañó desde su adolescencia, pasando por la fundación de la editorial Tierra Baldía -búnker poético desde el cual dio a conocer a autores tan significativos como Osvaldo Lamborghini y Néstor Perlongher- hasta la publicación de sus propios libros de poesía. Este volumen reúne, por primera vez, toda su obra poética e incluye, además, Gente muy fea, libro inédito cuyo nombre parece condensar, de una vez y para siempre, toda la fuerza arrasadora de su escritura. Una mirada impiadosa pero serena, brillante pero reflexiva, que confirma a Fogwill como el más grande traficante de saberes hacia la literatura. Reseñas: «Un narrador lírico, como todos a los que vale la pena leer dos veces, pero también un poeta narrativo, investigativo, que le ofrecía al pensamiento materiales concretos más allá de imágenes y frases.»Silvio Mattoni «Su escritura, sus novelas y críticas, y mucho más su poesía, están llenas de experiencia y de gracia, de experimentación... Eso lo aparta de su generación de novelistas y poetas, y logra que las generaciones de escritores más jóvenes -don que supo cultivar tanto como Yeats- no puedan sino admirarlo, leerlo y hasta copiarlo.»Arturo Carrera «Fogwill es ante todo un pensador. No un filósofo, ni un teórico ni un ensayista, sino una máquina de pensar por escrito a una velocidad descomunal, guiada por una intuición agudísima y un aparato implacable de vigilancia crítica, y Partes del todo es el lugar donde esa máquina se piensa a sí misma: sus límites, sus razones de ser, su consistencia.»Daniel Freidemberg
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