Join us on a literary world trip!
Add this book to bookshelf
Grey
Write a new comment Default profile 50px
Grey
Subscribe to read the full book or read the first pages for free!
All characters reduced
Cancionero en vida de Laura - cover

Cancionero en vida de Laura

Francesco Petrarca

Publisher: Francesco Petrarca

  • 0
  • 0
  • 0

Summary

Cancionero (Canzoniere en italiano) es el nombre con que popularmente se conoce la obra lirica en "vulgar" toscano de Francesco Petrarca Rerum vulgarium fragmenta (Fragmentos de cosas en vulgar), compuesta en el siglo XIV, y publicada por primera vez en Venecia en 1470 por el editor Vindelino da Spira.
Available since: 01/18/2017.

Other books that might interest you

  • Tragedias de William Shakespeare - cover

    Tragedias de William Shakespeare

    William Shakespeare, Vicente...

    • 1
    • 3
    • 0
    Dos de las tragedias más importantes de Shakespeare traducidas por Vicente Molina Foix.  
    Reunimos en un estuche especial las tragediasdel escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal. 
    La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca: Joven heredero con veleidades intelectuales y algo señorito, el príncipe Hamlet se enfrenta al peor de los fantasmas, el de la sucesión. Con la muerte de un padre a quien no le han unido lazos de afecto ni confianza mutua y perdido el confiado amor a su madre, Hamlet recibe una carga irrenunciable: la usurpada corona de Dinamarca. 
    La tragedia del rey Lear:El rey Lear cree que su muerte está cercana. Para aliviar su vejez y evitar futuras disputas, divide el reino entre sus hijas mayores, Goneril y Regan, y destierra a la menor, Cordelia. Desposeído de su poder, Lear es repudiado por las dos hijas elegidas y sufrirá un desvarío, físico primero, mental después. La guerra y la muerte de los miembros de la familia son un horizonte ineludible.
    Show book
  • Los libros de cuentos - cover

    Los libros de cuentos

    Willa Cather

    • 3
    • 6
    • 0
    «Era, sencillamente, que la consideraba una gran artista. Tan buena como Flaubert.» Este juicio de Truman Capote quizá no ilustre tanto las virtudes narrativas de Willa Cather como su gran influencia en la literatura norteamericana del siglo XX. En este volumen se reúnen todos los libros de cuentos que la autora publicó o proyectó en vida: son, en total, dieciocho piezas que, de 1905 hasta 1947, el año de su muerte, cubren la evolución en el género del cuento y la nouvelle de una escritora dispar, con una sensibilidad excepcional para plasmar los efectos del paso del tiempo y del cambio de espacio en la vida de unos personajes comúnmente desarraigados, o bien rebeldes a un arraigo que confina sus deseos y sueños.
    La nostalgia no es aquí un sentimiento simple ni una pura especulación romántica: los trabajadores de las ciudades pueden añorar los campos abiertos, pero en el condado de Red Willow en Nebraska una mujer sabe que su vida está incompleta si no puede asistir a una matinée de Wagner. Si a algunos personajes la belleza les parece indisociable de «cierta dosis de artificiosidad», para otros el idealismo no es más que «esa difusa e inútil respuesta a las insondables preguntas de la vida». Naturaleza y arte, campo y ciudad, pasado y presente configuran las fracturas que dividen a los héroes y heroínas de estas narraciones, siempre en torno a una pérdida, y a la sensación de quien se halla «lejos de su propio mundo e incapaz de volver al nuestro».
    Show book
  • Historias de amor - cover

    Historias de amor

    Robert Walser

    • 4
    • 23
    • 0
    De los más de mil relatos cortos escritos por Robert Walser unos cien versan sobre el amor. Volker Michels, germanista y autor del epílogo que acompaña esta edición, seleccionó en 1978 ochenta y los ordenó cronológicamente. Estos relatos demuestran la gran variedad del registro expresivo de Robert Walser y dan fe de la evolución de un autor que tenía un concepto poco convencional del amor y del erotismo. En ellos se manifiesta un desmesurado amor mundi que lo envuelve todo, las muchachas y los pájaros, las nubes y las mujeres distantes, las flores en los prados y los enamorados que se tumban sobre ellos con su mirada benévola pero también pícara. Con graciosas caricias poéticas, abundantes diminutivos y giros verbales absolutamente delirantes, Robert Walser recoge todo lo que le viene a las mientes para conformar un mundo palpitante de comunicación amorosa y de placer. Son éstas, en suma, unas historias plenas de un humor corrosivo contra la hipócrita moral burguesa, en las que también aparecen irónicas imitaciones de la literatura amorosa y recreaciones burlescas de los sueños de la adolescencia.
    Show book
  • La mujer de blanco - cover

    La mujer de blanco

    Wilkie Collins

    • 0
    • 7
    • 0
    Una noche, en un cruce de caminos en las afueras de Londres, un joven y modesto profesor de dibujo tiene un encuentro con «una mujer sola, vestida de blanco», de «rostro exangüe», que le pide ayuda para encontrar un ca-briolé. Apenas dos minutos después, un carruaje con dos hombres se detie-ne para preguntar por una «mujer de blanco» que acaba de escaparse de un manicomio.
     Este es el inicio de una trama endiablada en la que el pobre profesor tendrá que lidiar con una conspiración inimaginable, «en una lucha sin es-peranza contra nobles y poderosos» cuyas víctimas son dos mujeres aterro-rizadas, empequeñecidas,  privadas de legitimidad. Entre un repertorio de personajes muy collinsiano –baronets corruptos, terratenientes hipocondria-cos, beatas anglicanas, italianos pintorescos, madres sin piedad– destacan dos figuras inolvidables: la intrépida Marian Holcombe, «una mujer entre diez mil en estos tiempos triviales», y el conde Fosco, que, con su poderosa voz de bajo, su cacatúa y sus ratones, se convertiría enseguida en un mal-vado fundamental de la literatura del XIX. La mujer de blanco (1859-1860) –que aquí presentamos en una nueva traducción de Miguel Temprano Gar-cía– fue el mayor éxito de Wilkie Collins, hasta tal punto que no tardaron en aparecer perfumes, capas, sombreros y hasta valses y cuadrillas con su título. Brillante y novedosa en su estructura, que confía el relato a varios narradores, como testigos en un juicio, en ella el mismo acto de narrar está dramatizado y forma parte de la acción: a veces se reviste de peligro, a ve-ces es un instrumento de salvación, siempre un medio para establecer la verdad.
    Show book
  • El sendero en el bosque - cover

    El sendero en el bosque

    Adalbert Stifter

    • 31
    • 80
    • 0
    Narrada con sencillez y frescura, "El sendero en el bosque" es un sorbo de agua de fuente en un día de calor. Un libro lleno de inocencia y sobriedad, pero también de una profunda sabiduría no exenta de destellos de mordacidad, para paladares acostumbrados a los mejores vinos.«Hay que advertir que el señor Tiburius, de joven, era un gran mentecato.» Estas palabras son la carta de presentación del neurasténico, solitario y misántropo Tiburius Kneight que, hastiado de todo e instalado en una vida de lujo e indolencia, decide visitar un balneario siguiendo los consejos de un doctor algo chiflado que nunca receta medicamento alguno a sus pacientes. Porque, ¿quién creería a un doctor que prescribiera un paseo por un bosque, una caja de lápices, un cuaderno de dibujo, una cesta de abedul y una campesina que recoge fresas?
    Show book
  • El puente de Alexander - cover

    El puente de Alexander

    Willa Cather

    • 6
    • 8
    • 0
    Bartley Alexander anda ya por la mediana edad y es un ingeniero de éxito, un hombre hecho a sí mismo, admirado por los puentes que construye. Casado con una mujer culta y rica, vive en una bonita casa en Boston y parece también tener una feliz vida conyugal. Pero en un viaje a Londres vuelve a encontrarse con un antiguo amor, Hilda Burgoyne, a la que conoció en París cuando era estudiante –entonces «fue la juventud, la pobreza y la cercanía, todo era joven y amable»− y que ahora es una actriz famosa. El reencuentro reaviva «la energía de la juventud que debe reparar en sí misma y pronunciar su nombre antes de desaparecer». A los dos las cosas les han ido bien; sin embargo, quizá no hayan agotado sus posibilidades. 
    El puente de Alexander (1912) recrea la intensa sensación, cuando a uno le amenaza ya «la desganada fatiga», de verse acompañado por «su propio ser juvenil», que posiblemente acabe siendo «el más peligroso de los acompañantes». Willa Cather no guardaba –como se ve en dos textos que figuran como apéndice a este volumen− muy buen recuerdo de esta su primera novela: le parecía demasiado deudora de los autores que admiraba, Edith Wharton y Henry James. Pero lo cierto es que hay en ella, en su estudio de una doble vida, toda la excitación y la fatalidad y todo el talento para la introspección que caracterizarán su obra posterior.
    Show book