Mariposa_tipografica_obras_maestras_breves

3 obras maestras breves de las que no has oído hablar

La vida de los otros

Hace mucho tiempo que la palabra entró en el dominio de la electricidad, ese extraño medio que es a la vez soporte de lo escrito y liberación de lo escrito para su transmisión. Henry James no conoció a Whatsapp, pero sí escribió una novela corta sobre el telégrafo, la pérdida de privacidad, los códigos que permiten recuperarla y las fantasías de una joven telegrafista que, de pronto, se siente dueña de la vida de los otros.

La protagonista innominada de En la jaula empieza a ver extrañas coincidencias –o mejor, incongruencias coincidentes– en los telegramas crípticos que los vecinos del barrio elegante donde trabaja usan para organizar sus vidas amorosas secretas. Así descubre que el capitán Everard y lady Bradeen mantienen una relación ilícita. La joven, que ha leído muchas noveletas románticas de medio penique, decide ayudarlos en su afán. Y a tal punto se compromete con la vida de estos otros que posterga su boda con el muy prosaico señor Mudge.

Un día, uno de los mensajes telegráficos resulta interceptado, poniendo en peligro la relación entre Everard y lady Bradeen. La joven, con su conocimiento de los códigos que maneja la oficina postal de Cocker, logra recuperarlo. Pero saber demasiado sobre la vida de los otros puede ser también una condena.

La genialidad de Henry James en esta novela, que escribió casi contemporáneamente a Otra vuelta de tuerca, es que no presenta el mundo de la palabra electrónica y el mundo real como enfrentados ni paralelos, sino como un continuum en el que todos los elementos entran en juego unos con otros y se modifican.

Léela antes de tu próximo mensaje de Whatsapp.

obras_maestras_en_la_jaula

Leer el libro

La vida de los locos

Simao de Bacamarte tiene 34 años cuando decide rechazar la invitación a ser médico de la corte del rey de Portugal y regresa al pueblo brasileño de Itaguaí con la idea fija de dedicar su vida a la ciencia y “demostrar teoremas con cataplasmas”. Centrado en la ciencia, contrae matrimonio con una joven viuda de 25 años, fea y antipática, con el objeto de que le dé descendencia sin distraerlo, con belleza o inteligencia, de sus investigaciones.

Está claro que el alienista profesa la especialidad de la psiquiatría. Y que debe usar toda su influencia para que en este pueblo perdido, donde nadie ha oído hablar de ella, el Ayuntamiento le ayude a construir un hospital para locos. El edificio, feo y gigantesco, con cincuenta ventanas pintadas de verde, se construye en la calle más elegante y bonita de la localidad. Y todos sabemos que un médico sin pacientes no vale nada. De manera que Bacamarte dedica todas su ingenio a llenar las habitaciones de lo que los vecinos han dado en llamar La casa verde.

Tan mala fortuna tiene Bacamarte en sus elecciones “científicas”, que termina descubriendo que la viuda fea y antipática también es estéril. Pierde el interés en ella, ella se deprime, él la despacha a un largo viaje para que recupere la alegría… pero cuando regresa, la encierra en La casa verde porque se ha vuelto coqueta, rasgo que de ninguna manera es normal en alguien de sus características.

Con el paso del tiempo, el poder de Bacamarte en Itaguaí se acrecienta tanto como el de la psiquiatría que practica, al punto de que las tres cuartas partes del pueblo reside ahora dentro de los muros del loquero. Los itaguaienses montan varias revueltas que solo logran acrecentar la influencia sin límites del alienista.

Considerada la primera novela de la antipsiquiatría, El alienista es la mejor puerta de entrada a la obra monumental de J. M. Machado de Assis, uno de los escritores latinoamericanos más sobresalientes, poco conocido por los lectores hispanohablantes.

¿Es lo mismo estar loco que no ser normal? ¿Y quién decide la normalidad?

obras_maestras_breves_alienista

Leer el libro

La vida de todos

Anton Chéjov es un escritor para la madurez, sin importar las edades cronológicas. Para cuando uno está preparado para la sonrisa triste y encuentra solaz en ella. Sus transparencias, la manera delicada y sin estridencias en la que describe y cala la evolución espiritual de sus personajes no es lo ideal para quienes se acercan a un libro con ganas de aventuras. Y sin embargo, uno sale cambiado de la experiencia chejoviana. Como después de un largo viaje sin incidencias a territorios tan cercanos que habían pasado inadvertidos.

Una historia aburrida cuenta los días del profesor Nikolai Stepánovich de Tal cuando se hace consciente de su deterioro físico y de que el sentido de su vida está a punto de desvanecerse, porque la muerte todo lo iguala. Una experiencia que nos es común y que conviene ensayar con altas dosis de muy buena literatura antes de que se presente.

No hay peripecia en Una historia aburrida, sí hay una continua tensión emocional: suave, precisa, de escalpelo. Esta lectura es un placer secreto para quienes están hartos del buenrollismo a ultranza y cansados de aparentar ser triunfadores descerebrados frente a las durezas de la vida. Chéjov no le contará a nadie que nos pescó en este renuncio en medio de paisajes más humanos.

En El arte de la fuga, Sergio Pitol dedica un capítulo al escritor ruso. Allí transcribe una cita de Thomas Mann sobre Una historia aburrida que tal vez te ayude a decidirte por leer esta obra maestra breve:

“Ya en plan de citar y elogiar es indispensable citar Una historia aburrida, la que amo más que cualquiera otra de las creaciones de Chéjov. Una obra absolutamente extraordinaria y fascinante, que en su silenciosa y triste singularidad quizás no tenga rival en toda la literatura.”

obras_maestras_breves_una_historia_aburrida

Leer el libro

Date un respiro, lee algunas obras maestras este verano. En otoño sentirás que has recargado muy bien las pilas. Y ninguna te llevará más de dos horas.